Durante tres semanas del mes de agosto, he hecho el Camino de Santiago. Un viaje para desconectar de los quehaceres diarios y para comunicarme conmigo mismo experimentando, a su vez, la esencia del tantra coach.
No es mi primer camino, es la cuarta vez que vivo ya esta experiencia, y en cada una de ellas descubro nueva gente, nuevas charlas, y una nueva bocanada de oxígeno. Al mismo tiempo, yo también lo experimento de diferente manera ya que cada viaje me proporciona nuevas vivencias y sensaciones distintas.
Para mí, el Camino de Santiago es muy tántrico ya que en él puedo experimentar exactamente lo mismo que se ejercita en mis talleres. Solo cambian las dinámicas, ya que en el camino “solo se camina”, pero se tienen las mismas sensaciones y emociones que en los talleres.
CAMINO DE SANTIAGO TANTRICO (3 semanas)
Primera semana
La primera semana de camino es quizás la más dura. Al igual que en los talleres, se “remueve” todo lo que hay en nuestro interior; lo que nos ha hecho sufrir; lo que nos impide sentir, brillar; lo que no nos gusta de nosotros…
Caminando sucede lo mismo y, físicamente hablando, tenemos miedo a nuestras limitaciones físicas, a los dolores, al peso de la mochila, a las heridas… Todo un reto que vamos superando a lo largo de esa semana para poder conseguir con esfuerzo el seguir adelante en nuestro camino y estar dispuestos a liberarnos de todos esos condicionantes para que no nos detengan y poder seguir andando.
Segunda semana
En los talleres, la labor de cada uno es trabajar con unas dinámicas adecuadas y aplicarlas a lo surgido en la primera fase, y así, desprenderse, reconocer y aceptar cada una de las inquietudes para poder superarlas. Una vez sé quién soy puedo contactar y acercarme al otro de igual a igual.
En el camino ocurre igual, una vez que hemos visto y aceptado quien y como somos, cuales han sido nuestras dificultades y limitaciones durante la primera semana, aplicamos la fórmula para seguir adelante, nos vamos liberando del peso extra de la mochila, andamos a nuestro ritmo…somos realmente nosotros…
Tercera semana
En los talleres decimos que:
Si he hecho un buen trabajo, estoy listo para la celebración, el SENTIR de la totalidad, el aquí y ahora, el amor incondicional, la conexión con la naturaleza, para la Unión conmigo y con el otro….
En el camino, la recompensa es la satisfacción de llegar a Santiago, ligero de equipaje, con las heridas cicatrizadas, siendo tú mismo, pensar que todo el esfuerzo ha dado su fruto y sabiendo que tienes más energía y fuerza de lo que uno mismo se podía imaginar.
Para mí, el camino es muy tántrico. Creo que tiene muchas similitudes con nuestros talleres y el proceso es el mismo, tanto en estos como en el camino. Y es que para tener una satisfacción, antes has de hacer un trabajo.
¿La fórmula mágica?
Reconocer, Aceptar, Soltar y Celebrar